Es el actual Cristo de la Tierra, Maestro del Rayo Dorado.
Es un ser de Amor, Sabiduría e iluminación.
Es un ser de Amor, Sabiduría e iluminación.
Su retiro etérico está en el Lago de Dal, en Cachemira, India; también tiene un foco en Shigatsé, Tibet.
Kuthumi junto con el Maestro Morya, proyectaron la Escuela Teosófica, con Madame Elena Petrovna Blavatski.
Su llave tonal se encuentra en la Canción de Cachemira de Finden.
aprendemos ahora el significado del
balance kármico a través de sus pasadas encarnaciones. Como el incisivo
filósofo y matemático Pitágoras, el devoto sacerdote Mago de Babilonia,
El mendicante y devoto Francisco de Asís, el egoísta y despiadado Rey
Mughal Shah Jahan quién trató de extender su imperio por todo el
sub-continente de la India y construyó el magnífico Taj Mahal, y
finalmente como el Mahatma Koot Hoomi Lal Singh, el maestro que sirvió
de guía a madame Blavatsky y a Henry Steel Olcott para que fundaran la
Sociedad Teosófica, tenemos hoy a la misma alma del Maestro Ascendido,
Chohan del Segundo Rayo de Amor y cabeza de la oficina del Cristo de la
Gran Hermandad de la Luz. Él trabaja íntimamente con el Gran y Santo
Maestro Sanctus Germanus para preparar al mundo para recibir al Maestro
del Mundo en cualesquiera forma que esa gran posición tome en el futuro.
Kuthumi como Ateliades y Euforbo
Eruditos
de la antigua filosofía griega mencionan (ver más adelante) que
Pitágoras recordaba perfectamente sus vidas anteriores e introdujo la
idea de la reencarnación y la transmigración del alma a los antiguos
griegos. Pitágoras contó que en una vida anterior fue Ateliades, quién
era considerado hijo del dios griego Hermes. Hermes le concedió que
escogiera lo que quisiera excepto la inmortalidad, así que él pidió,
vivo o muerto, siempre recordar todo lo que le sucediera. Por lo tanto
en su vida él lo recordó todo, y cuando murió retuvo las mismas memorias
de sus vidas anteriores.
Ateliades
murió y reencarnó como Euforbo, guerrero durante la guerra de Troya.
Cuando Euforbo murió su alma pasó a la de alguien llamado Hermotimo.
Hermotimo quiso producir pruebas de sus vidas anteriores así que fue
donde Branquidao, entró en el templo de Apolo y señaló el escudo que
Menelao había dedicado. Dijo que él le había dedicado el escudo a Apolo
cuando navegó de regreso de Troya; para entonces el escudo se había
desgastado y lo único que quedaba era el relieve de marfil.
Cuando
Hermotimo murió regresó como Pirro, el pescador deliano; y también
entonces recordó todo – que había sido Ateliades, luego Euforbo, luego
Hermotimo, y después Pirro. Cuando Pirro murió regresó como Pitágoras y
también entonces lo recordó todo.
En
la historia griega el concepto de la reencarnación como tal, dado por
garantizado en el oriente, hizo su entrada a la cuna del pensamiento
filosófico occidental a través de Pitágoras y sus vidas pasadas
verificables.
El Maestro Kuthumi como Pitágoras, filósofo y matemático griego (582?-500?AC)
Nacido
en la isla de Samos, Pitágoras fue introducido a las enseñanzas de los
antiguos filósofos jonios Tales, Anaximandro y Anaxímenes. A los
dieciocho años ya había aprendido todo lo que estos grandes maestros
griegos podían ofrecerle y fue más o menos para esta época que tuvo una
visión en la que le fue mostrada la “clave del universo” en forma de
líneas geométricas, la ciencia de los números, el ritmo y la armonía de
los números sagrados, la ley ternaria que gobierna las constelaciones, y
la ley septenaria que controla toda la evolución.
Estimulado
por su visión, Pitágoras se encaminó a Egipto para estudiar con los
sabios egipcios. Al comienzo fue ignorado por ellos ya que pensaban que
un griego no tendría la persistencia requerida para ahondar en los
estudios profundos de estos misterios, pero él persistió y ellos
finalmente cedieron y lo admitieron a sus colegios en los cuáles se
destacó por su excelencia. Pasó todas las pruebas e iniciaciones de la
época.
Tras
veintidós años de estudio él llegó a dominar todo lo que estos hombres
sabios tenían para enseñarle acerca de las matemáticas sagradas y la
ciencia de los números. Cuando estaba a punto de regresar a su hogar en
Samos los Persas atacaron Egipto y se llevaron a Pitágoras y otros magos
egipcios como prisioneros a la lejana Babilonia.
Babilonia
en aquellos días era una gran metrópoli en pleno apogeo de sabios pues
además de sus nativos sacerdotes caldeos, quienes eran descendientes de
Zoroastro, los persas habían capturado israelitas de Palestina al igual
que los sabios de Egipto. Fue durante este tiempo que Pitágoras estuvo
expuesto a todas estas otras doctrinas, religiones, cultos y prácticas
de magia. Después de absorber todas sus enseñanzas él sabía más que
cualquier otra persona acerca de las leyes y principios eternos y la
ciencia de los números relacionada con los secretos del universo.
A
partir del politeísmo griego, el trinitarianismo hindú, el dualismo
persa y el monoteísmo hebreo, Pitágoras sintetizó una numerología
esotérica propia, realizando así la visión que había tenido a los
dieciocho años.
Después
de treinta y cuatro años en el exterior Pitágoras obtuvo permiso para
regresar a su hogar en Samos donde pretendía establecer una escuela
esotérica. Pero Samos resultó ser muy pequeña y limitada así que en el
año 530 AC él y su mama se trasladaron a una ciudad llamada Crotonia en
Italia donde estableció su Escuela para Iniciados en la Ciencia de los
Números. Sus estándares de admisión eran muy rigurosos, dando
preferencia a los más jóvenes.
La
escuela fue un éxito y su fama creció. Fundó un movimiento con metas
religiosas, políticas y filosóficas conocido como pitagorismo. La
filosofía de Pitágoras es conocida solo a través del trabajo de sus
discípulos. Pitágoras no solo fue un pensador influyente sino también
una personalidad compleja cuyas doctrinas trataban de lo espiritual al
igual que lo científico.
Los
pitagóricos se adherían a ciertos misterios, similares en muchos
aspectos a los misterios órficos. Se prescribían la obediencia y el
silencio, ayunos de comida, sencillez en la vestidura y pertenencias y
el hábito de frecuente auto-examen. Ganó muchos seguidores de la ciudad
de Crotonia misma y muchos de territorios extranjeros cercanos, tanto
reyes como nobles. Lo que él hablaba a sus asociados nadie lo puede
decir con certeza pues el silencio que conservaban era fuera de lo
ordinario.
Pitágoras,
como mencionamos anteriormente, afirmaba haber sido Euforbo, guerrero
en la guerra de Troya, y que le había sido permitido traer a su vida en
la tierra los recuerdos de todas sus vidas anteriores. Cuando él se
estaba quedando en Argos vio un escudo de los restos de Troya colgado en
la pared y estalló en llanto. Cuando Argives le preguntó la razón de su
emoción él le contestó que ese había sido su escudo en Troya siendo
Euforbo. No le creyeron y pensaron que estaba loco pero él dijo que les
daría una prueba de que esto era verdad: en el interior del escudo se
había inscrito EUFORBO en letras arcaicas. Debido a la naturaleza tan
extraordinaria de esta afirmación todos urgieron que se bajara el escudo
y resultó que en el interior realmente encontraron dicha inscripción.
Consistente con sus vidas previas Pitágoras enseño sobre la inmortalidad
y transmigración de las almas. Él parece haber sido el primero en
introducir estas doctrinas a Grecia.
Entre
las extensas investigaciones matemáticas llevadas a cabo por los
pitagóricos figuran sus estudios de los números pares, impares y los
números primos y cuadrados. Desde este punto de vista aritmético ellos
cultivaron el concepto de los números, que se convirtió para ellos en el
principio fundamental de toda proporción, orden y armonía en el
universo. A través de esos estudios establecieron una base científica
para las matemáticas. En la geometría el gran descubrimiento de la
escuela fue el teorema de la hipotenusa, o teorema de Pitágoras, el cual
establece que el cuadrado de la hipotenusa de un triángulo rectángulo
es igual a la suma del cuadrado de los lados.
La
astronomía de los pitagóricos marcó un avance importante en el
pensamiento científico antiguo pues fueron los primeros en considerar a
la tierra como un globo girando junto con los otros planetas alrededor
de un fuego central. Explicaron el arreglo armónico de las cosas como el
de cuerpos moviéndose de acuerdo a un esquema numérico en una sola
esfera de realidad que lo incluye todo. Debido a que los pitagóricos
pensaban que los cuerpos celestes están separados entre si por
intervalos que corresponden a los largos armónicos de las cuerdas, ellos
sostenían que el movimiento de las esferas da origen a un sonido
musical-el de la “armonía de las esferas”.
Como
Pitágoras, Kuthumi estableció las bases del pensamiento intelectual
occidental. ¿Pueden imaginarse hoy en día un mundo sin números? ¿Sin
matemáticas? Todo objeto depende de alguna medida para entenderlo. El
trabajo de Kuthumi, al igual que el de Pitágoras, fue el de entrelazar
leyes cósmicas al pensamiento diario del pensamiento occidental.
Lentamente conceptos como el de la reencarnación del alma humana,
ciertos inmutables principios matemáticos, y los orígenes de la tierra a
través de la astronomía llegaron a formar la base del pensamiento
occidental.
El Maestro Kuthumi como sacerdote Mago (circa DC)
De
acuerdo al evangelio de Acuario, los tres magos que siguieron la
estrella de Belén se llamaban Hor, Lun y Mer. Hemos explorado el rol de
estos tres sacerdotes magos quienes advirtieron al padre José (San
Germain) acerca de la traición del rey Herodes. José subsecuentemente se
fue de Belén con María y el niño Jesús y se dirigió a Egipto.
Estos
tres eran parte de la orden de los magos, una secta Zoroastra dirigida
por tres jefes magos, Melchor, Gaspar y Baltasar. Baltasar era el
Maestro Kuthumi, Melchor el Maestro Morya, y Gaspar el Maestro Dwjal
Khul durante esas encarnaciones. De acuerdo al evangelio de Acuario
Melchor, Gaspar y Baltasar no conocieron al hermano mayor Jesús sino
hasta que él era ya un adulto de veinticuatro años. Jesús había viajado a
la India y Egipto donde pasó varios años aprendiendo los antiguos
misterios de la Hermandad y a su regreso a Nazaret paró en Persia. Los
otros tres magos, siendo clarividentes, sabían de su arribo y le dieron
una calurosa bienvenida y lo invitaron a su hogar donde lo presentaron a
Melchor, Gaspar y Baltasar.
Cuando
los siete se reunieron se sentaron en silencio durante siete días, pues
Jesús sabía que todos hacían parte de la Hermandad del Silencio. Jesús
les enseñó de una manera tal que ellos supieron que él era el gran
maestro ya que les ayudó a resolver muchas contradicciones de la
religión zoroastra. Después Jesús desapareció.
Unos
días más tarde, mientras los seis Magos estaban juntos, Jesús de
repente reapareció ante ellos y declaró que ellos fueron los primeros en
ser testigos de la transmutación de Jesús en la carne, pues él
realmente se encontraba sentado en un jardín muy lejos de la casa. Esta
transmutación fue profetizada para más adelante cuando él aparecería
frente a los doce discípulos después de su crucifixión. Así que, como
hermanos de la Hermandad del Silencio, los seis magos tuvieron un
adelanto de la transmutación de Jesús.
El Maestro Kuthumi como Francisco de Asís (1182-1226)
Muchos
siglos más tarde el Maestro Kuthumi reencarnó como el italiano
Francisco de Asís, quien fundó la orden de los hermanos franciscanos de
la iglesia católica.
Nacido
en Asís, Italia como Francisco Bernardoni, recibió muy poca educación
formal a pesar de que su padre era un rico comerciante de telas. Cuando
joven llevó una vida mundana y sin preocupaciones. Después de una
batalla entre Asís y Perugia, Francisco fue hecho prisionero y
permaneció en Perugia por más de un año. Estando en prisión sufrió una
enfermedad severa durante la cual se dice que tuvo una visión la cual
habría de alterar su forma de vida.
De
regreso en Asís en 1205 se dedicó a hacer caridad entre los leprosos y
comenzó a trabajar en la restauración de iglesias destruidas. El cambio
de carácter de Francisco y sus gastos para la caridad enfurecieron a su
padre quién lo desheredó legalmente. Francisco entonces cambió sus ricas
vestiduras por un manto de obispo y dedicó los tres años siguientes a
cuidar los parias y leprosos en el bosque del monte Subasio.
Francisco
de Asís escribió lo siguiente acerca de su misión: “El Señor me dio a
mí, el hermano Francisco, esta forma para comenzar a hacer penitencia.
Porque cuando yo estaba en pecado me parecía muy amargo ver a los
leprosos. Y el Señor mismo me trajo entre ellos y yo hice misericordia
con ellos. Y saqué de ellos, lo que antes me parecía amargo se
transformó en dulzura de cuerpo y alma para mí. Y después de esto
permanecí un rato y dejé el mundo”.
Esta
afirmación resume la misión de Kuthumi como Francisco de Asís: 1) que
Dios mismo le “dio” o dijo que hacer y 2) que esto era compartir su vida
con los parias de la sociedad. Él interpretó el vivir el evangelio de
Jesucristo no solo como penitencia, pobreza y predicación, sino ser
testigo firme del evangelio para el mundo.
Al
comienzo él se alejó del mundo y vivió la vida de un ermitaño. Restauró
la capilla en ruinas de Santa María de los Ángeles. En 1208, un día
durante la misa, él escuchó un llamado pidiéndole que se quitara sus
ropas de ermitaño y saliera al mundo y, de acuerdo al texto de Mateo
10:5-14, que no poseyera cosa alguna, pero que hiciera el bien en todas
partes; una interpretación muy proactiva del evangelio.
A
su regreso a Asís ese mismo año Francisco comenzó a predicar. Reunió a
su alrededor a doce discípulos quienes se convirtieron en los hermanos
originales de su orden, más adelante llamada la Primera Orden; ellos a
su vez eligieron a Francisco como superior. Todos los que se unieron a
la orden tenían que vender sus posesiones y dar el producto de esto a
los pobres. Ellos debían evitar todo contacto con el dinero excepto en
el caso de las limosnas necesarias para cuidar de los hermanos enfermos y
de los leprosos. En su solidaridad con los pobres y parias de la
sociedad ellos no debían sentir vergüenza de pedir limosna porque “las
limosnas son un legado y el derecho de los pobres”.
Los
hermanos eran alentados a vagar por el mundo como ejemplo de paz,
pobreza y humildad: como misioneros entre los no creyentes de la verdad.
Para esto él obtuvo del Papa Inocente III la licencia para predicar en
todas partes. En otras palabras, Francisco de Asís fue el precursor del
predicador del evangelio.
En
1212 él recibió a una joven monja de noble cuna de Asís, Clara, a la
confraternidad franciscana, y a través de ella se estableció la orden de
las damas pobres (las Clarisas descalzas), más tarde conocida como la
segunda orden franciscana. De 1205 a 1212 la orden evangélica de
Francisco demostró ser atractiva para hombres y mujeres y creció
rápidamente.
A
finales de 1218 Francisco se dirigió hacia Tierra Santa pero un
naufragio lo obligó a regresar. Otras dificultades le impidieron lograr
hacer mucho trabajo misionero cuando fue a España con el fin de
predicarle a los Moros. En 1219 él estuvo en Egipto, donde tuvo éxito
predicándole al sultán pero no logró convertirlo. Francisco se dirigió
entonces a la Tierra Santa y permaneció allí hasta 1220. Él deseaba ser
martirizado y se regocijó al escuchar que cinco frailes franciscanos
habían sido asesinados en Marruecos mientras cumplían sus obligaciones
A su regreso a casa encontró discordia en los rangos de los frailes por lo que renunció como superior y dedicó los pocos años siguientes a planear lo que se convirtió en la tercera orden de franciscanos, los terciarios.
A su regreso a casa encontró discordia en los rangos de los frailes por lo que renunció como superior y dedicó los pocos años siguientes a planear lo que se convirtió en la tercera orden de franciscanos, los terciarios.
En
septiembre de 1224, tras de un ayuno de cuarenta días, Francisco se
encontraba rezando en el monte Alverno cuando sintió dolor mezclado con
alegría, y las marcas de la crucifixión de Cristo, la estigmata,
aparecieron en su cuerpo. Los recuentos acerca de la aparición de estas
marcas varían, pero parece probable que fueran protuberancias nudosas de
la piel, parecidas a las cabezas de las puntillas. Francisco fue
llevado de regreso a Asís, donde sus años siguientes estuvieron marcados
por el dolor y la casi total ceguera.
Sabiendo
que la muerte estaba cerca, antes de organizar una última cena” para
sus hermanos, hizo que lo acostaran desnudo sobre la tierra desnuda.
Francisco murió en la mañana del 4 de octubre de 1226.
Fue
canonizado en 1228. En 1980, el Papa Juan Pablo II lo proclamó santo
patrón de los ecologistas. En el arte, los emblemas de San Francisco
son, el lobo, el pez, los pájaros, y la estigmata.
¿Mostró Francisco de Asís algunas de las señales de un místico? El estudio de sus escritos no lo indica así. Por el contrario, su vida siguió una casi que literal imitación de la vida de Jesús según se describe en las escrituras tradicionales y materiales litúrgicos. Fue una vida de devoción absoluta.
¿Mostró Francisco de Asís algunas de las señales de un místico? El estudio de sus escritos no lo indica así. Por el contrario, su vida siguió una casi que literal imitación de la vida de Jesús según se describe en las escrituras tradicionales y materiales litúrgicos. Fue una vida de devoción absoluta.
En
la siguiente encarnación del Maestro Kuthumi como Shah Jahan, veremos
como el balance kármico creo un caracter enteramente diferente.
El Maestro Kuthumi como el Emperador Shah Jahan (1628-1658)
El
imperio Mughal fue fundado en1526 y es famoso porque se extiende a
través de la mayor parte del subcontinente indio. Bajo la dirección de
sus mandatarios llegó a alturas sin precedentes en el campo de la
música, el arte, la literatura, y especialmente la arquitectura. El
Imperio Mughal nació cuando Babur, con el uso de artillería superior,
derrotó al mucho más grande ejercito de los Lodis en Panipat, cerca de
Delhi. El reino de Babur se extendía desde más allá de Afganistán hasta
la región de Bengala a lo largo de la planicie del río Ganges. Su hijo
Humayun, sin embargo, perdió el reino a Sher Khan Sur, con base en
Bihar, y huyó a Persia (ahora Irán). Luego, Humayun volvió a capturar a
Delhi en 1555, poco antes de su muerte.
El
hijo de Humayun, Akbar (“grande”), cuyo nombre refleja en lo que estaba
a punto de convertirse, extendió el imperio Mughal hasta cubrir el
subcontinente desde Afganistán hasta la bahía de Bengala y desde los
Himalayas hasta el río Godavari. Los Mughals movían sus capitales con
frecuencia: dondequiera que acampaban se convertía en capital.
Construían ciudades y ciudadelas dentro de esas ciudades que eran como
campamentos del ejercito. Los nobles vivían en tiendas con alfombras
ricamente coloridas en el piso, y únicamente los salones para
audiencias, las residencias reales y las mezquitas eran construidos en
piedra.
En
el curso de la dinastía, las ciudadelas crecieron en Lahore, dentro y
alrededor de Agra, en la arquitectónicamente espectacular ciudad de
Fatehpur Sikri, y cerca de la ciudad de Shahjahanabad (“ciudad de Shah
Jahan”) para dar al imperio reputación por su esplendor arquitectónico.
Aunque analfabeta, Akbar igualó el aprendizaje de su padre y abuelo con
cortes enriquecidas por las letras y el arte Persa. Trajo bajo su
control a los reyes hindúes Rajput, quienes gobernaban justo al sur y al
oeste de Agra, al derrotarlos en batalla, extendiendo la tolerancia
religiosa, y ofreciéndoles alianzas cimentadas por el matrimonio. Akbar
se casó con dos princesas Rajput, incluida la madre de su hijo y
sucesor, Jahangir.
En
1628 el Maestro Kuthumi encarnó como el tercer hijo de Jahangir en
Lahore (ahora en Pakistán). Como joven príncipe comandó el ejercito de
su padre, dirigiendo muchas campañas, pero en 1623, impulsado por las
intrigas de la consorte imperial, él se rebeló. A la muerte de su padre
en 1627, se precipitó a Agra a reclamar el trono, asesinó a todos sus
rivales potenciales, y al año siguiente se apoderó del trono.
La
mayor parte de los treinta años de reinado de Shah Jahan fueron
consumidos en campañas militares en el Deccan, al que nunca logró
subyugar totalmente. Pero sobre todo esto, su reino se distinguió por el
esplendor arquitectónico del Taj Mahal y la mezquita de Perlas en Agra,
y por la construcción de Delhi, la cual hizo su capital.
Bajo el reinado de Akbar, los Mughals habían creado un sistema de ingresos eficiente a través del cobro de impuestos sobre las tierras agrícolas. Una burocracia eficiente de recolectores de impuestos mantenía llenos los cofres del gobernante. Sin embargo, el sistema estuvo bajo tensión con la costosa e infructuosa campaña de Shah Jahan para capturar Samarcanda, la antigua tierra natal de los Mughals, en 1646, y con los igualmente costosos esfuerzos de su hijo Aurangzeb de extender el imperio hacia el sur.
Shah Jahan fue destituido por su hijo Aurangzeb en 1658 y pasó el resto
de su vida en prisión. Bajo el reinado de su hijo el imperio finalmente
sucumbió a las incursiones y campañas militares de los británicos a
comienzos de los 1700.
Como
Musulmán practicante Shah Jahan, al igual que su abuelo Akbar, trajo a
su corte partidarios de varias sectas del Islam, al igual que sacerdotes
de otras religiones, incluidos los cristianos, para escucharlos
presentar sus creencias. Los visitantes europeos a la corte Mughal se
hicieron más frecuentes durante el reinado de Shah Jahan y les fue
permitido establecer puestos de comercio en la periferia del imperio y
aún más allá, pero nunca fueron influyentes en la corte.
Puede parecer un poco chocante para el lector comparar las
encarnaciones previas del Maestro Kuthumi con la de Shah Jahan. ¿Qué
podría ser más opuesto en carácter que aquel sacerdote mendicante
Francisco de Asís? ¿Fue acaso esta encarnación un medio de ajustar el
balance kármico de los extremos de la devoción cristiana de Francisco?
Quizás. Pero cuando miramos la encarnación del Maestro como Koot Hoomi
Lal Singh, su última antes de ascender, vemos como todas las vidas
previas se unieron en la lucha por difundir el movimiento teosófico a
través del subcontinente Indio, Europa y América a finales del siglo
diecinueve.
Mahatma Koot Hoomi Lal Singh - 1800's
Durante
el último cuarto del siglo diecinueve los Maestros Kuthumi y Morya
trabajaron juntos con Helena P. Blavatasky y Henry Steele Olcott para
formar la Sociedad Teosófica.
Durante
los primeros años anteriores a la fundación formal de la sociedad en
Nueva York, el Maestro Morya junto con otros devas y elementales
precipitaban información a madam Blavatsky y al coronel Olcott para que
ellos escribieran Isis Develada, libro que revelaba la
existencia de un gobierno mundial interno bajo el escudo de la Gran
Hermandad de la Luz y una sabiduría profundamente enterrada en los
antiguos misterios que unían a todos los movimientos religiosos del
mundo.
Cuando
la Gran Hermandad de la Luz ordenó a Blavatsky y a Olcott que fueran a
la India, el Mahatma Koot Hoomi o Kuthumi comenzó a representar un rol
mucho más activo en ayudar a los dos fundadores a establecer la Sociedad
Teosófica en Adyar, India. El Maestro Kuthumi con frecuencia se
materializaba frente a los fundadores, les daba instrucciones, y
desaparecía. A veces les enviaba a su discípulo Djwal Khul para que les
llevara algún mensaje y les diera instrucción.
Durante
la lucha para establecer la Sociedad Teosófica en Bombay y luego en
Adyar, los fundadores fueron atacados por todos los flancos, sin embargo
los Mahatmas solo podían advertirles acerca de las olas de disidencia,
las sanguinarias batallas, y las traiciones que estaban por venir, pues,
bajo las leyes cósmicas, ellos tenían que hacerse a un lado y permitir
que los fundadores libraran la batalla.
Durante
este tiempo los dos Mahatmas, con la intervención inicial de Blavatsky,
precipitaron una serie de cartas al editor de un periódico británico
llamado A.P. Sinnett, y a A.O. Hume, un amigo y compatriota del servicio
civil Británico, ambos residentes en Simla, la capital de verano
británica en la India. Un movido intercambio de cartas precipitadas
entre los partidos tuvo lugar en la dimensión etérica. Estas caían del
techo, aparecían de la nada sobre un escritorio, o las traía algún
mensajero. Es en esta serie de cartas que posteriormente fueron
conocidas como las cartas del Mahatma que uno se da cuenta, aún hoy en
día, de la clara y casi cortante lógica e intelecto del Maestro Kuthumi
en sus tratados sobre temas que varían desde lo filosófico hasta lo
mundano, como las necesidades diarias de la administración de la
naciente sociedad.
Sin
embargo tal razonamiento y lógica pura no penetraron el intelecto pues
él tenía que combatir el tan arraigado sentido de superioridad racial
entre la educada elite colonial británica. El Maestro argumentó y
explicó a estos individuos de mente concreta y aún así lógica la teoría
evolutiva del mundo, los cálculos matemáticos que la prueban, y los
grandes movimientos de las ‘yugas' o edades. Sin embargo, después de
varios intercambios, ninguno de ellos se convertiría en iniciado de los
Maestros ya que ellos nunca pudieron superar del todo su sesgo racial de
que una persona de piel morena pudiese ser de inteligencia superior que
ellos. Aún así el Maestro Kuthumi nunca, ni por un segundo, se echó
para atrás en su posición de combatir el estrecho intelectualismo de
este tipo de gente, argumentando firmemente y con la más pura intención y
lógica. La esperanza de la Gran Hermandad de la Luz fue que una clase
de gente tan educada y culta como esta sería capaz de llevar el mensaje
de la teosofía alrededor del mundo como un respetado movimiento de
pensamiento.
El
Maestro Kuthumi ascendió en la última parte del siglo diecinueve pero
continuó guiando y entrenando a la segunda generación de líderes
teosóficos, es decir a la sra. Annie Bassant y a Charles W. Leadbeater,
comunicando a través de ellos obras iluminadas acerca de la Gran
Hermandad de la Luz y El Camino que los discípulos alrededor del mundo podrían seguir para ayudar a promover el importante trabajo de la Hermandad.
En
Inglaterra él también se apareció a Alicia A. Bailey cuando ella era
una niña para identificársele a ella. Él más adelante dio instrucciones a
su antiguo discípulo, ahora el Maestro tibetano Dwjal Khul, para que se
hiciera cargo de dar forma a la exteriorización de enseñanzas
adicionales al mundo a través de ella. Para 1949 la sra. Bailey ya había
comunicado veinticuatro volúmenes de enseñanzas del Maestro tibetano,
enseñanzas cuya relevancia aceptan los iniciados de hoy día.
Se
dice que en años recientes (tiempo de la tierra) el Señor Maitreya,
quién ocupaba la función del Cristo, dejó vacante su posición como
Maestro del Mundo haciendo camino para que el Maestro Kuthumi asuma esta
posición. A través de este corto repaso de las vidas anteriores del
maestro Kuthumi podemos estar seguros de que el siguiente Maestro del
Mundo conocerá íntimamente las aflicciones y tribulaciones de la vida en
la tierra, sin embargo, él espera el momento apropiado para aparecer,
todavía no sabemos de que forma, para impartir las enseñanzas de la
nueva era.
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